jueves, 14 de mayo de 2009

Lo que aprendí del Holocausto Influen-Zombie.


Punto 1.- A pesar de ya contar 24 años de edad y haber tenido una buena educación resulta que no sé cómo lavarme correctamente las manos.

Punto 2.- Que es más saludable el evitar todo contacto humano con los seres queridos, así que nada de abrazos, apretones de manos o besos en la mejilla.

Punto 3.- Que papá gobierno es capaz de responder pronta y oportunamente a crisis de este tipo y aprobar leyes de la misma manera sin que se le de seguimiento mediático.

Punto 4.- Curso de manualidades para hacer un cubrebocas casero.

Punto 5.- Cuando a EE.UU le da un catarro a nosotros ya no nos da pulmonía sino influenza.

Y, finalmente, que nuestro país ha retrocedido a sus épocas bananeras en cuanto a estrenos de cine se refiere ya que toda la temporada blockbuster de verano se ha recorrido para desgracia de los cinéfilos como yo, snif snif.

P.D. Aunque ya haya pasado toda la euforia la paranoia aún continúa, así que disfruten esta canción.

R.E.M. - It's The End Of The World As We Know It (And I Feel Fine).

1 comentario:

Maqroll dijo...

Los mexicanos yo creí eramos influenciables, pero Disney tenía la razón desde hace muchos años cuando en sus historietas nos representaba como lo que en serie comienzo a creer es la verdad (muy penosa y lastimosa): Somos flojos. Porque las medidas contra influenza son bastante sencillas y pedorras, pero no podemos hacer nada que verdaderamente haga un cambio, ni podemos mantener acciones por más de dos semanas. Diario tiramos basura, caraxo, podemos quince días no darnos la mano pero no podemos dejar de tirar las pinches envolturas en la calle. Podemos andar con un triste cubrebocas (que ni siquiera era la acción principal de seguridad) pero podemos ponernos condón. Podemos dejar de ir al cine, y a restaurantes, pero no dejamos de emborracharnos cada fin de semana en casa de algún amigo. Podemos usar el gelesito cada que vemos un dispensador, pero no podemos darle el paso al peatón en la calle. Podemos hacer filtros de gente y hasta poner cámaras infrarojas, pero no podemos evitar que menores de edad entren a los antros a embriagarse. Ya lo decía Suárez hace años ¿¡qué nos pasa!? Disney tenía razón, lo odio, pero es cierto. Somos una sociedad de goevones. Nada puede permanecer, nada podemos hacer para el bienestar común, sólo hacemos lo que está "de moda", basado en paranoia y simulacros sociales que benefician únicamente a unos cuantos que controlan no la país, sino a la gente. Y lo hacemos sólo si es "fácil", no nos hubieran pedido que manejaramos respetando los límites legales de velocidad para evitar influenza, porque todos esos dueños de autitos nuevos (y otros no tan nuevos) y SUV's jamás hubieran hecho caso y nos hubieramos muerto de influenza carretera. Una patada en el culo a todos, todos los que tomaron las medidas de emergencia sanitaria, pero no pueden recoger basura, ni dejar de tirarla, que siguen dejando luces encendidas y dejan correr el agua cuando se lavan los dientes, una patada en culo a los que usaron cubrebocas pero nunca dan el paso a un peatón, una patada en el culo a quien se untaba de gelesito cada veinte minutos pero vende alcohol y cigarros a un menor.